¿Comunidades para alcanzar nuestro potencial de salud y longevidad?

Tenemos en salud pública y comunitaria la certeza de que una salud más plena y una longevidad mucho mayor de la habitual, con un periodo extendido de vida libre de enfermedades crónicas, está al alcance de la mano y son biológicamente posibles, y sabemos que podemos conseguirlo mejorando estilos de vida (individualmente) y condiciones de vida (mediante un esfuerzo colectivo y transversal de toda la sociedad incluida una estrategia de salud en todas las políticas).

Ambas perspectivas son ciertas y complementarias…Cuando las personas mejoraramos individualmente nuestros estilos de vida…mejoramos drásticamente nuestra salud y longevidad (1) y cuando las sociedades mejoren sus condiciones de vida, la salud y la longevidad mejoran igualmente (2).

Pero hay una tercera vía que el capitalismo globalizado y las vidas tan individualistas que genera han desdibujado, un «eslabón perdido», un puente imprescindible (para la salud) entre el Estado y sus instituciones y lo individual: la comunidad, el apoyo social. Un puente que las personas podríamos reconstruir (juntándonos), que en cierta medida, está a nuestro alcance fortalecer y que amortigua, a la vista de la evidencia científica, una gran parte del impacto negativo de las condiciones de vida adversas y aparece como un determinante tan importante como el tabaco o la dieta (3)

Sí, una comunidad que proporciona pertenencia, amistad, apoyo económico, interpersonal y psicosocial e incluso acceso cooperativo a necesidades básicas (como alimentos sanos o energía renovable…), si además reconoce la promoción de la salud de sus miembros como su objetivo esencial, actúa como una potente vía de contagio de estilos de vida saludables y amortigua el impacto de la condiciones de vida adversas. Al fin y al cabo, una comunidad en la que todos sus miembros se conocen y que todos necesitan para sobrevivir… es la forma en que hemos sobrevivido a lo largo de toda nuestra evolución como especie…y sigue siendo una necesidad tan vital como la actividad física (que nuestra economía también nos hace percibir como igualmente «innecesaria»).

Sí, necesitamos movernos, pertenecer a una comunidad a escala humana, estar al aire libre, comer mayoritariamente alimentos no procesados o amamantar a nuestras crías…por más que la fascinación por el desarrollo y los espejismos de la sociedad de consumo nos digan lo contrario. Y en eso radica justamente todo nuestro potencial de salud y longevidad. Ojo, no estamos hablando de un retorno romántico al pasado. Los avances tecnológicos y económicos hacen que para una mayoría «vivir nuestra naturaleza» sea más posible que nunca: nunca hemos tenido tantos alimentos frescos masivamente disponibles, tanta protección frente a situaciones climáticas adversas, unos sistemas sanitarios tan universales que amortigüen el efecto de las desigualdades en salud, tantas posibilidades de realización y de salud para las mujeres…

Pero justamente en ese contexto, que todas las personas cubran esas necesidades básicas en salud, aunque sean baratas, accesibles y sencillas sigue pareciendo un imposible.

Ese es el marco en el que trabajamos en nuestra asociación. Generamos una comunidad (o varias micro-comunidades entrelazadas) que se centra en mejorar la salud en sus tres frentes (los hábitos personales, las condiciones de vida y el apoyo social).

Y lo hacemos fundamentalmente mediante actividades grupales en su mayoría gratuitas…que te garantizan el apoyo necesario para:

-Alcanzar un peso óptimo y aplicar las mejores evidencias sobre alimentación y longevidad (4)

-Mantenerte físicamente activ@ al aire libre, en espacios naturales, de la forma que sea posible según tus posibilidades.

-Dormir todo cuanto necesites.

-Disponer de todo el apoyo necesario para no sentirte sol@ en los momentos difíciles de tu vida y fortalecer tu resistencia al estrés.

-Dejar de fumar y de beber.

-Y disfrutar de una crianza con apego y una lactancia materna prolongada….para empezar bien ya desde el principio de la vida.

La aplicación habitual y simultánea de unos principios tan sencillos sabemos que produce una salud óptima pero son una gran minoria de personas en nuestra sociedad las que consiguen aplicarlos, a pesar de que los beneficios superan con creces a cualquier otro de los objetivos que pudiéramos emprender en la vida. Y encima no requiere ningún esfuerzo…

¿Que es entonces lo que falla a la hora de implementar tan sencillas recomendaciones?

Ciertamente, las razones son complejas: la inercia cultural, la presión de la industria alimentaria, la ausencia de una perspectiva de salud en todas las políticas y sobre todo el efecto deletéreo de condiciones de vida adversas (pobreza, exclusión, falta de educación, ambientes degradados) hacen que lo que parecería en principio fácil, se vuelva un imposible para una mayoría.

Comunidades como la nuestra aspiran a que lo fácil vuelva a ser fácil. Los grupos de madres que amamantan y crían con apego hacen posible que esas prácticas sean generalizadas en esos grupos (en un contexto cultural en el que son excepcionales).

Algo así ocurre con los demás estilos de vida. Alcanzar un peso ideal en nuestros grupos para adelgazar, es tan fácil, que es virtualmente imposible que no lo consigas si participas. Por mi experiencia como médico de familia, por ejemplo, puedo asegurar que la aplicación por ejemplo de una estrategia personalizada de ayuno diario (sin cena o con cena temprana y con desayuno cuando llegue el hambre) hace innecesario hacer «dietas» y resulta altamente aceptable para la inmensa mayoría de las personas que lo prueban una sola vez. En el contexto de un grupo que se apoya mutuamente para hacerlo…es virtualmente imposible no conseguirlo.

Solo la alimentación (optimizada en base a la evidencia sobre alimentación y longevidad) , el ejercicio, la abstención de tabaco y alcohol y un sólido apoyo social, representan prácticamente una garantía de alcanzar el 90% de nuestro potencial de bienestar (aquí y ahora) y de vivir largamente sin enfermedades crónicas, supondría ahorros astronómicos en el gasto sanitario y un importante incremento en nuestra productividad y competitividad.

En nuestra modesta opinión, crear comunidades centradas en esos objetivos es una vía esperanzadora, simple, económica, divertida y empoderadora de alcanzarlos. Y simultáneamente, es una forma de crear condiciones de vida más coherentes con las necesidades en salud…de nuestro planeta. Pero eso será objeto de otro(s) post en este blog :).

Esta semana plantaremos (colectivamente) medio centenar de frutales y luego haremos una comida basada en la producción de nuestros bosque de alimentos. ¿Reconocéis los ingredientes de la receta?: alimentos no procesados producidos muy cerca, actividad física al aire libre, contacto con la Naturaleza, apoyo y conectividad social… seguro que incluso dormiremos genial :). Dejo para otro día los aspectos económicos de estrategias como esa. Feliz año. Que se cumplan vuestros más auténticos deseos.

(1). Impact of Healthy Lifestyle Factors on Life Expectancies in the US Population:

https://www.ahajournals.org/doi/full/10.1161/CIRCULATIONAHA.117.032047

(2) Comisión sobre Determinantes Sociales de la Salud de la OMS(2008). Subsanar las desigualdades en una generación. Resumen analítico del informe final. Ginebra: OMS.

(3) Social Relationships And Mortality Risk: A Meta-analytic Review.

Julianne Holt-Lunstad, Timothy B. Smith, J. Bradley Layton

(4): M. P. Mattson. B. Allison, L. Fontana, M. Harvie, V. D. Longo, et al.              
Meal frequency and timing in health and disease. Proc. Natl. Acad. Sci. U.S.A. 111, 16647–16653 (2014).10.1073/pnas.1413965111pmid:25404320

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